Belén Romero García, de veinticuatro años, tenía diez dioptrías en cada ojo. Su graduación le impedía bañarse en la playa o la piscina con comodidad.
Motivada por unas oposiciones y tras varias recomendaciones acudió a Quijada | Medicina Ocular para decir adiós a sus gafas.
La opción más adecuada a sus circunstancias fueron las lentes intraoculares (ICL).
Durante el procedimiento, asegura que no sintió «ningún dolor» y le pareció muy rápida. También está contenta con el post operatorio que fue «bueno, sin molestias».
Ahora, por fin, Belén puede hacer «ejercicio físico sin lentillas».
ICL permite corregir defectos por encima de los límites propios del tratamiento con láser, pudiendo abordar una mayor gama de problemas relacionados con la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. También está indicada para pacientes con córneas finas, ojo seco o pupilas grandes.
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