Es frecuente que, al nacer, muchos niños presenten un bloqueo parcial o completo en el conducto lagrimal debido a que este conducto no está completamente desarrollado. Las lágrimas drenan hacia el conducto a través de una abertura llamada conducto nasolagrimal. Si este conducto se bloquea, las lágrimas se acumulan y se derraman.
La obstrucción lagrimal en los niños
La obstrucción lagrimal se presenta en el niño en forma de lagrimeo y secreción desde que nace. En la mayoría de los casos se soluciona de forma natural durante los seis primeros meses de vida a medida que el sistema de drenaje se desarrolla o el conducto nasolagrimal se abre.
Síntomas de la obstrucción lagrimal en los niños
Los síntomas más comunes de la obstrucción lagrimal son pestañas y mejillas húmedas, párpados pegados por un líquido llamado mucina que aparece disuelto en las lágrimas y ojos enrojecidos a causa de una posible infección ocasionada por la falta de drenaje de las lágrimas.
Tratamientos
Antes de poner tratamiento a la obstrucción lagrimal es conveniente esperar ya que el 90% de los niños mejoran por si mismos en los primeros 12 meses de vida; un 60% mejoran en el transcurso del segundo año. Si la obstrucción lagrimal no se soluciona de este modo, existen diferentes tratamientos según el caso y gravedad. En ocasiones es favorable realizar un masaje especial sobre el saco lagrimal. También existen colirios antibióticos que pueden ser beneficiosos en caso de infección. Otro de los posibles tratamientos es el sondaje de la vía lagrimal.
En todo caso, es importante acudir a un especialista en Oftalmología para que se pueda establecer un diagnóstico y tratamiento oportunos. Ya que un exceso de lágrimas no siempre significa que existe una obstrucción lagrimal.