Hoy en día se habla de las tendencias poco saludables que afectan a nuestra salud y a la de los nuestros, como por ejemplo el sedentarismo. Especialmente en los niños, la poca actividad física deteriora las funciones cardiovasculares, entorpece la maduración del sistema músculo-esquelético, obstaculiza las habilidades psicomotoras, dificulta el mantenimiento de un peso corporal saludable y puede provocar incluso una disminución de la autoestima del niño. Y a todo esto hay que sumar las altas probabilidades del aumento de miopía en niños debido a que pasan demasiado tiempo alejados del aire libre.
Se ha demostrado que entre todos los factores que puede provocar miopía en niños, uno de ellos son los factores ambientales. Más concretamente, el tiempo prolongado mirando y enfocando objetos cercanos. Por ejemplo, el niño que pasa muchas horas mirando la televisión, jugando con el ordenador, con la consola o con cualquier dispositivo móvil, fuerza a los ojos a enfocar a una misma distancia durante demasiado tiempo. De este modo, el ojo del niño realiza un sobreesfuerzo llegando a bloquearse e imposibilitando enfocar los objetos lejanos. Esto es lo que se llama Fatiga acomodativa o exceso de acomodación. Si el exceso de acomodación es frecuente llegará a afectar de manera permanente al ojo provocando la miopía.
Para comprobar las consecuencias de la escasa exposición del niño al aire libre, los investigadores de la Universidad de Cambridge analizaron a más de 10.000 niños y adolescentes. Los resultados demostraron la estrecha relación que existe entre el entorno y el riesgo de miopía.
Tras el análisis, llegaron a la conclusión de que «cuanto más tiempo pase un niño o adolescente expuesto al aire libre, más se reduce su riesgo de desarrollar miopía», afirman los investigadores ingleses.
Gracias a este estudio se observó que es posible reducir un 2% el riesgo de miopía en niños por cada hora a la semana que pasen en el exterior. El estudio también demostró que los niños miopes pasaban un promedio de 3,7 horas menos a la semana expuestos al aire libre con luz natural y enfocando a objetos lejanos, que los niños y adolescentes con visión normal.
Los investigadores aseguran que una mayor exposición a la luz natural y un mayor tiempo enfocando objetos lejanos, son la clave para reducir el riesgo de miopía del niño. Por eso es fundamental que el niño y el adolescente realice actividades al aire libre ya que le ayudará a crecer y desarrollarse lo más saludable posible.