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Toxoplasmosis ocular, ¿de qué se trata?

02 de septiembre de 2014    Deberías ver

La toxoplasmosis ocular es una de las causas más comunes de uveítis en gran parte del mundo. Se trata de una infección de las capas internas del ojo producida por un parásito. Esta enfermedad puede ser adquirida por contagio o puede ser congénita al transmitirse de la madre al feto a través de la placenta.

Toxoplasma gondii

El responsable de la toxoplasmosis ocular es el parásito intracelular obligatorio llamado Toxoplasma gondii: ‘toxon’, que deriva del griego, significa arco (aludiendo a la forma que presenta este parásito), y ‘gondii’ es el nombre del roedor africano donde el parásito fue identificado por primera vez. Se trata de un parásito muy común que se hospeda en animales de sangre caliente, especialmente en los gatos.

El parásito se instala en la retina en la forma de bradizoítos enquistados (forma parásita infectiva). En la retina se puede desarrollar una retinitis, asociada a manifestaciones inflamatorias. Pueden llegar a afectar a diversas partes del ojo ocasionando uveítis anterior, vitritis (infiltración celular vítrea), vasculitis (afecta a arterias y venas) y coroiditis (Inflamación de la coroides).

Además, En la antigüedad se creía que la toxoplasmosis ocular era una enfermedad congénita que podía manifestarse a lo largo de la vida de la persona afectada. Esta creencia ha cambiado debido a los nuevos datos que han ido surgiendo y demostrando a su vez que era posible adquirir la enfermedad mediante contagio por el agua contaminada, por las heces de los gatos, por los alimentos como la carne cruda o incluso por el aire.

Toxoplasmosis ocular

Los síntomas más frecuentes en la toxoplasmosis ocular son

  •  Visión borrosa
  • Alta presión ocular
  • Fotofobia
  • Ojos rojos y dolor ocular.
  • También es común que se aprecie una notable disminución de la agudeza visual.

El diagnóstico

De la toxoplasmosis ocular se lleva a cabo mediante la identificación de los signos clínicos que acompañan a la enfermedad. Se observan, mediante un oftalmoscopio, las lesiones que se producen en el fondo del ojo y se descartan otras afecciones oculares. El diagnóstico es confirmado tras el análisis en el laboratorio.

El tratamiento

Así pues, el objetivo es frenar la multiplicación del parásito y minimizar los daños producidos por éste. Depende del caso de cada paciente y de la gravedad de la toxoplasmosis ocular.

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